Doñana es único. Y no es una apreciación personal. Cualquiera que visite el parque tendrá esa sensación de estar en un lugar especial, un entorno virgen y de una belleza sobrecogedora en el que el visitante es un mero espectador de la vida natural. Doñana es la joya de Huelva, el orgullo de la provincia, uno de los últimos reductos de la península donde el ser humano es sólo un invitado ocasional. Doñana es el tesoro que hay que proteger, el símbolo de una naturaleza sustantiva que resiste nuestro implacable avance. Disfrutemos de ella, respetando su complejidad. No te pierdas la guía para visitar Doñana.
Un poco de historia
El extenso territorio que abarca Doñana, principalmente en la provincia de Huelva, nunca ha estado poblado por asentamientos humanos numerosos y estables, entre otras razones por su aislamiento y la dificultad de desarrollar la agricultura en sus suelos arenosos. Uno de los pocos ejemplos se dio en el siglo XVIII, cuando el poblado de la Plancha llegó a tener casi 400 habitantes dedicados al carboneo, la pesca y otros trabajos forestales.
En consecuencia, la principal finalidad que le han dado sus propietarios a lo largo de la historia ha sido la caza. Desde que en 1294 Fernando IV le regalase las tierras al duque de Medina Sidonia y conde de Niebla por su participación en la defensa de Tarifa, por Doñana, que curiosamente recibe su nombre de la mujer de este, doña Ana Gómez de Mendoza y Silva, hija de la princesa de Éboli, han pasado grandes personalidades del país con gran afición a la actividad cinegética o, simplemente, a la buena vida; Felipe IV, Felipe V, Eugenia de Montijo, Alfonso XIII, Goya, Franco… En 1900, Doñana pasaría a manos del conde de Garvey, quien construyó el palacio de las Marismillas, residencia vacacional de los presidentes del gobierno desde Felipe González.
Paradójicamente, la función de Doñana como coto de caza durante siglos ayudó a conservar la biodiversidad del territorio (aunque en el palacio del Acebrón se pueden ver los linces disecados por su dueño, Luis Espinosa Fondevilla), que pasó a estar protegido en 1969, cuando se creó el Parque Nacional.
Algunos datos de su grandeza
Doñana abarca dos extensos espacios; por un lado, el Parque Nacional, con unas 54.000 hectáreas, y por otro, el Parque Natural, declarado en 1989 para proteger otras tantas hectáreas de los municipios onubenses de Lucena del Puerto, Hinojos, Almonte, Moguer o Rociana, así como de las provincias de Sevilla y Cádiz.
Esta doble catalogación fue fundamental para que Doñana se convirtiera en lo que es hoy, un auténtico paraíso natural para cientos de especies de flora y fauna que ha merecido la distinción de la UNESCO como Reserva de la Biosfera en 1980 y Patrimonio Mundial en 1994.
Guía para visitar Doñana
Teniendo en cuenta el tamaño del parque, son muchas las opciones para visitarlo, dependiendo de si queremos hacerlo por libre o con una visita guiada más amplia mediante la que descubrir los seis ecosistemas presente en este trocito de paraíso.
Visita organizada
Son varias las empresas que operan en el parque, pero si quieres un guía para visitar Doñana la mejor opción es la Cooperativa de Marismas del Rocío, ya que es la única que tiene la concesión administrativa para visitar esos seis ecosistemas; dunas, playa, marisma, vera, matorral y bosque. En total, son unas cuatro horas de recorrido a bordo de un minibús de ruedas gigantescas que se interna por las arenas y avanza hasta los humedales regados por el Guadalquivir, desde los que se pueden divisar toda clase de aves.
Las visitas parten desde el Centro de Interpretación El Acebuche, muy cerca de Matalascañas, todos los días a las 8.30 y a las 15.00 (en invierno, a las 17.00 durante el verano) y el precio es de 30 euros por persona. La experiencia es inolvidable.
Visita a nuestro aire
Repartidos por el Parque de Doñana, se pueden encontrar hasta seis centros de visitantes en los que aprender mucho más sobre su riqueza medioambiental; cuatro de ellos se encuentran en la provincia de Huelva, uno en la de Sevilla, en el municipio de Aznalcázar, y otro en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
Quizás los más populares, dada su ubicación central, son los de La Rocina, El Acebuche y el Palacio del Acebrón. El primero se encuentra a pocos metros de la aldea de El Rocío y su principal atractivo es la posibilidad de recorrer el sendero ‘Charco de la Bota’, una ruta que discurre bordeando el arroyo de La Rocina y los humedales que se forman en invierno, donde anidan decenas de especies de aves. Además, se puede conocer el vínculo de este paraje con el nacimiento de la romería de El Rocío en una choza en la que se exponen documentos y material divulgativo sobre esta.
Desde El Acebuche también parten dos senderos con un alto valor paisajístico que serpentean junto a lagunas y bosques de pinos. Son los senderos de ‘Laguna del Huerto y la Pajas’, con un recorrido de algo más de 3 kilómetros, y ‘Laguna del Acebuche’, de menor longitud. En el propio centro hay vídeos sobre el parque e información sobre los diferentes ecosistemas.
Y por último, podemos visitar el Palacio del Acebrón, una magnífica construcción neoclásica de un blanco impoluto que contrasta con el verdor de los pinos que la rodean y que se pueden divisar desde la azotea del edificio. Este, a nuestro parecer, es el centro de interpretación más completo y bien estructurado, y además ofrece un bonito recorrido senderista por el ‘Charco del Acebrón’.
Los horarios de apertura y ubicación de los centros se pueden consultar en el siguiente enlace.
Asimismo, dentro del llamado ‘pre-parque’, también se puede recorrer el parque dunar de Matalascañas en camello o el espectacular sendero de ‘Laguna del Jaral’, que desemboca en una amplia playa de arena dorada que enlaza algunos kilómetros más adelante con la playa de Cuesta Maneli, donde se encuentra el Monumento Natural del Asperillo.
Cuándo visitar Doñana
Como dicen los grandes conocedores del parque, no existe una sola Doñana, sino 365 muestras de una realidad cambiante, de un ser vivo que muda su piel con cada jornada que pasa. Todo ello depende del agua, el elemento que lo vertebra todo.
Así, en verano las extensiones de marismas y lagunas muestran fondos cuarteados y arcillosos por la acción del calor, mientras la vera y los cotos se tiñen de colores pajizos de la hierba quemada entre la que rebuscan gamos y ciervos. Con el otoño y las primeras lluvias, sin embargo, la actividad vuelve a brotar al ritmo que la tierra trasiega el agua y la marisma se vuelve a inundar poco a poco, atrayendo a miles de aves procedentes del norte en busca de temperaturas más cálidas que se quedarán hasta la primavera. En total, en torno a medio millón de aves de 150 especies diferentes pasarán por este hotel de 5 estrellas ornitológico.
Por ello, de noviembre hasta febrero suele ser una magnífica época para visitar Doñana, dada la presencia de aves y el estado de los humedales, pero también primavera, cuando se produce una explosión de color en el monte y la vera, y los animales salen en busca de comida abundante; ciervos, jabalíes, anfibios y, con algo de suerte, linces.
Cada época tiene su encanto, por lo que lo más acertado es visitar Doñana todas las veces que sea posible.
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Periodista y Doctor en Comunicación. Enamorado de Huelva, de sus pueblos, sus paisajes, su gastronomía y su gente. Y con un objetivo claro: hacer de mi tierra el próximo destino de mucha gente.
4 comentarios. Dejar nuevo
[…] Doñana es un paraíso. Se trata de una de los espacios naturales protegidos más grandes de Europa y con una mayor biodiversidad. Por lo que intentar visitar el parque en tan sólo un día es una tarea imposible. Son varias las opciones donde alojarse en Doñana que se reparten por los municipios de Almonte (incluyendo El Rocío y Matalascañas) e Hinojos, donde se encuentra Casa el Canijo, estancia que hoy recomendamos desde Habla de Huelva. […]
[…] Porque el Parque Nacional de Doñana, el más grande de España y Patrimonio Mundial de la UNESCO, es la mayor reserva ecológica de […]
[…] Desde este punto no se puede continuar hasta Cádiz, ya que ninguna carretera cruza el Parque Nacional de Doñana. La N-431 discurre paralela a la A-49 desde Gibraleón a […]
[…] de norte a sur la provincia de Huelva, desde la Sierra hasta la desembocadura del Guadalquivir en Doñana tras pasar por el Andévalo, el Condado y la Costa oriental […]